Crisálida
Presentación
Ante nosotros se nos presenta, desnuda y árida, la cuenca del río seco, con los restos supervivientes de aquello que durante su historia le fue arrojado, arrastrado, depositado, escondido. Del río y su esplendor sólo queda un poso, un recuerdo, a penas un negativo de algo olvidado que está a punto de desaparecer. ¿Qué podremos salvar de este desierto? ¿Qué podrá salvarse de tal desertización? El poeta Paul Celan insistía en la naturaleza dialógica del poema (y por extensión, del arte), afirmando que el poema siempre está viniendo, siempre rumbo hacia algo. «¿Hacia qué?» —se pregunta. «Hacia algo abierto, ocupable, tal vez hacia un Tú asequible».
La pregunta que nos ronda desde el inicio es: qué pasa cuando este Tú no es asequible, sino que más bien se ha secado, se ha olvidado de su capacidad esencial de escucha y acogida. Nos persigue la pregunta sobre cómo ese Tú seco, un Tú quizás colectivo, podría conseguir preparar su mundo para poder acoger no sólo lo conocido, nuestro agotado presente, sino aquello irreconocible que está por venir, por lo que aún no existen nombres ni
imágenes.
Ni fácil ni poco doloroso nos resulta mirar hacia nuestra patética humanidad olvidada, pero deberemos asumir nuestro desierto elegido, llevarlo más allá de todo cálculo, de toda imagen, y sobre todo, de cualquier facilismo apocalíptico.
Al ser humano se le ha concedido el derecho de renacimiento, el derecho de poder sobrevenir su ocaso, de dar vida a su podredumbre y remontar la propia condena. En Crisálida nos encontramos con un imperativo: olvidarse de sí mismos, de nuestro mundo, para poder crear una forma fulgurante. Ante la mirada de un público testigo, crear un
espacio heterotópico, interior y exterior, donde poder pensar cómo vivir nuestros cuerpos, cómo recordar lo único que es inmutable en nuestra existencia: la capacidad para generar nuevas formas de vivir a pesar de que, racionalmente, culturalmente, parezcan abocadas al más calculable fracaso.
Creísteis la caída, mas solo soy su eco.
Ficha técnica
Creación escénica e interpretación: Antes Collado
Ayudante de dramaturgia: Oriol López
Ayuda externa en ensayos: Nico Jongen y Cruz Hernández
Escenografía y atrezzo: Carmen Triñanes
Vestuario: Pau Aulí
Coordinación técnica: Damià Duran
Coordinación y producción: Laura Viñals