Solos en común

La idea del espectáculo parte de Europa. Se comienza a investigar acerca de la identidad europea y se encuentran diferentes líneas teóricas que abordan este tema. Una en concreto le resulta muy impactante a la Directora del proyecto y comienza a trabajar desde ese punto. Se trata de una concepción de identidad europea basada en algo que se debe crear y después imponer. Esto es muy extraño ya que desde el proyecto, entendemos la identidad como un proceso de construcción personal en relación a los demás y con los demás pero nunca como algo externo que se imponga. En consecuencia, se presenta este espectáculo como alternativa, como una manera de construir una identidad colectiva basada en valores universales y no en valores artificiales (economía, intereses políticos, deudas…) que solo interesan a unos/as pocos/as. Una identidad en la que todos seamos parte y sintamos responsabilidad de lo que nos rodea. Una visión que trata de unir a la población empleando un tipo de relación basada en la cooperación y la escucha y empatía.
El proceso de creación ha estado basado en esos valores, todos hemos aportado y participado en la toma de decisiones y por ello, el espectáculo termina pidiendo la colaboración del público como forma de buscar una interacción directa y un momento compartido.
Se trata también de acercar los métodos de creación al público para que puedan acceder al proceso mediante el cual se llega a lo que se muestra en escena. Es una forma de poner en valor todo el trabajo que hay detrás y que no siempre sale a la luz ni se tiene en cuenta.